Elevación en movimiento
- Annie
- 2 abr
- 1 Min. de lectura
La energía es un lenguaje invisible que atraviesa todo. Vive en cada célula, en cada pensamiento, en cada silencio. Se siente, incluso antes de comprenderla. A veces se expande y a veces se estanca. A veces la perdemos sin darnos cuenta, otras veces la reclamamos de vuelta con fuerza.
En Maius, sabemos que la energía no solo se conserva: se transforma. Y una de las formas más poderosas de elevarla es a través del cuerpo.

La danza es presencia. Es ritmo, impulso y conexión. No exige pasos perfectos ni coreografías elaboradas. Basta con escuchar lo que el cuerpo quiere decir y permitirle hablar sin juicio.Cuando bailamos, desbloqueamos. Nos sacudimos lo viejo, lo tenso, lo que pesa. La danza activa el cuerpo físico y libera el cuerpo sutil. Respira por nosotrxs. Nos regresa a casa.
Desde una mirada más espiritual, danzar es un ritual. Una forma de volver al centro, de activar el fuego interno, de entrar en estados más altos de conciencia. Mover el cuerpo con intención es mover la energía que somos.
Bailar sola, en silencio, al sol, de noche, en un espacio pequeño o bajo el cielo abierto. No importa cómo. Importa el permiso que te das para habitar tu cuerpo con libertad.
Volver a la danza es volver a ti.
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